Origamis

¡El origami, el arte japonés de plegar papel, es mucho más que una manualidad entretenida! Cuando los niños se adentran en el mundo del origami, su imaginación se enciende y se convierten en creadores de historias de formas y personajes únicos.

Y no sólo estimula la capacidad creativa, sino que también fortalece la conexión entre la mano y el ojo, afinando la destreza manual y preparándolos para mayores retos, como la escritura.

Es como un juego mental que requiere concentración y memoria, puesto que cuando haces una figura debes recordar cada paso para transformar un simple papel en una obra de arte, ejercitando así habilidades cognitivas.

Y no hace falta decir que, en el mundo que vivimos de la inmediatez, hacer origamis toma aún más valor porque los niños (¡y los adultos!), aprenden el valor de la paciencia y la constancia, ¡no siempre la figura sale a la primera! Cada intento fallido es una oportunidad para aprender y mejorar.

Nos introducen en el mundo de los conceptos espaciales y matemáticos, como las nociones de delante y detrás, arriba y abajo, y los principios de simetría y geometría. Y, por si fuera poco, el acto repetitivo de plegar el papel tiene un efecto calmante y ayuda a reducir el estrés.

Y evidentemente, ¡cada figura completada con éxito aumenta la autoestima!, motivando a seguir explorando y aprendiendo.

Por todo esto y más, ¡os animamos a descubrir la magia del origami!